ORIGEN HIST�RICO
(Del Libro
"Chalaner�a Colombiana" Autor:Ra�l Estrada Londo�o -
Juez Nacional e Internacional de equinos y uno de los hombres m�s estudiosos del caballo
en Colombia.-Aprovecho esta p�gina para rendirle un homenaje a su distinguida
figura dentro de la caballada Nacional y agradecerle su inconmensurable aporte a la
difusi�n de este noble bruto.)
Si realizamos una investigaci�n en los
pa�ses americanos respecto de la abundancia y calidad de sus caballos, nos encontraremos
de manera sorprendente, con el grado de superaci�n que en el nuestro han alcanzado la
cr�a y el manejo del noble bruto. El paso fino, la trocha, el trote y el galope
suave, son aires que ejecutan nuestros caballos en forma muy superior a como podr�amos
verlo en otras naciones.
Este fen�meno est� ligado en forma inevitable al origen
de las dos razas que ejecutan aquellos movimientos, y a la calidad y perfeccionamiento que
el hombre colombiano le ha imprimido a sus ritmos. Separar estas dos razones no hubiera
permitido alcanzar los resultados ya anotados.
Referencia
hist�rica
Por lo anterior es de gran
importancia hacer un recuento hist�rico de la evoluci�n de nuestro caballo, desde su
llegada a Am�rica con el segundo viaje de Col�n, hasta el momento actual, cuando la
irrupci�n de sementales espa�oles tra�dos por rejoneadores y hacendados, ha modificado
algunas caracter�sticas fundamentales de los andares originales. Situ�monos en el Siglo
XV. En la Pen�nsula Espa�ola terminaba la dominaci�n de los moros, denominados
gen�ricamente �rabes por su idioma, pero representados por grupos de mahometanos
que habitaban la Berber�a o Costa Sur del Mediterr�neo, formada por Marruecos, Argelia,
T�nez y parte de Libia. Ellos, a partir del Siglo VII, trasladaron a la pen�nsula una
parte muy considerable de su cultura, que se manifest� claramente en el idioma, la
arquitectura y en muchas de las costumbres que a�n contin�an vigentes, no s�lo en
Espa�a sino en Am�rica. Dentro de este aporte, el caballo berberisco propio de la zona
norte del Africa, que seg�n escritores muy calificados llevaron en n�mero superior a 300
mil ejemplares, form� parte de tan valiosa cuota y contribuy� en mayor grado al �xito
del descubrimiento y la conquista del nuevo continente.
Caracter�sticas
generales
Como dice el hip�logo
argentino Angel Cabrera, fue �ste "... un caballo jinete, o zenete, cuyo
principal centro de producci�n fue l�gicamente Andaluc�a, por haber sido all� m�s
duradera la dominaci�n musulmana. Caballo que tanta fama alcanz� en el mundo entero por
sus excepcionales condiciones, y en opini�n de Houel, jam�s superadas por ninguna otra
raza; era el que predominaba en Espa�a en la �poca de los descubrimientos y la conquista
de Am�rica. Debemos suponer que �ste fue tambi�n el tipo de equino que los espa�oles
trajeron al Nuevo Mundo, entre otras razones porque era el que se usaba para cabalgar
"a la jineta"; y todos los historiadores, cuando hablaban de las fuerzas
montadas que tomaban parte en aquellas empresas, hacen constar que se compon�an, como las
que trajo Col�n, de lanzas jinetas ..."Y contin�a diciendo el
investigador:..." en cuanto a la conformaci�n del caballo espa�ol de aquellos
siglos, a juzgar por los testimonios y escritos de la �poca, era un animal m�s bien
chico que grande, de tipo perfectamente mesomorfo, generalmente un poco cerca de la
tierra, con caja amplia, pecho ancho, musculoso y algo corto, grupa redonda y en declive y
cola inserta bastante baja, rasgos estos dos �ltimos caracter�sticos de la raza
berberisca. La cabeza, corta, era de perfil tan pronto recto como algo convexo en la
frente y hundido en la base de los nasales pero nunca acarnerado...". A lo anterior
agregamos, por las afirmaciones del hip�logo Luis Ascasubi y del mismo Cabrera, que era
un caballo que se caracterizaba por su magn�fico br�o, docilidad de temperamento, y
resistencia inigualable para enfrentar las inclemencias del tr�pico y soportar toda clase
de sufrimientos y deficiencias en el
r�gimen alimenticio.
Y para completar la identificaci�n de aquellos primeros equinos en Am�rica, los
tratadistas puntualizan: "sus movimientos se hac�an ce�idos dos a la ambladura
andadura, que se caracteriza por el desplazamiento sucesivo y alternado de dos miembros
laterales en cada batida y que producen un sonido de un solo golpe al asentar el b�pedo
lateral, para completar el paso en dos golpes". .
Como puede observarse, estos rasgos fenot�picos coinciden notoriamente con los del
caballo colombiano anterior al a�o 1.950 en todas sus manifestaciones. A trav�s de los
posteriores an�lisis veremos como la calidad de los movimientos de este equino,
modificada por la educaci�n y el manejo de nuestros jinetes, tienen relaci�n muy �ntima
con la ambladura, el br�o y su agilidad. Si los Espa�oles en lugar del caballo
berberisco, hubieran tra�do otra raza de mayor tama�o y menor valent�a, quiz�s otra
hubiera sido la suerte de la conquista del continente, o mayor el retraso en la evoluci�n
y progreso que siguieron a la venida de Col�n.
EN
COLOMBIA
Despu�s del
arribo de Col�n a la isla La Espa�ola en su segundo viaje, llegaron a COLOMBIA con
Rodrigo de Bastidas, Gonzalo Jim�nez de Quesada, Pedro
de Heredia y el oidor Juan de Badillo, contingentes de caballos y yeguas que m�s tarde
formaron peque�os grupos diseminados en la Costa Atl�ntica, y colonias importantes en la
Sabana de Bogot� y el Occidente Antioque�o, despu�s de penosas traves�as por el r�o
Magdalena y la zona de Urab�, respectivamente; su evoluci�n a trav�s de los 460 a�os
que separan nuestro tiempo de aquellas famosas haza�as, los llev� a perfeccionar sus
movimientos pero conservando las caracter�sticas fenot�picas y temperamentales.
El manejo y la
alimentaci6n esmerada permitieron descubrir que numerosos ejemplares inmigrantes romp�an
la ambladura de dos tiempos, cambi�ndola por un paso de cuatro tiempos. Este fen�meno,
que ocurri� en gran porcentaje en los caballos tra�dos por los conquistadores se
extendi� y propag� por selecci�n gen�tica. Aquel andar, con el correr del tiempo, se
distingui� en la Costa Atl�ntica con el nombre de "dos y dos", en la Sabana de
Bogot� y valles complementarios con el nombre de paso fino, y en la regi�n
Andina, principalmente en Antioquia, Caldas, Tolima y Huila, con la denominaci�n de paso
castellano por presentar adicionalmente en aquellas regiones un aire secundario
denominado "troche", que el caballo ejecut� para descansar en los terrenos
ondulados, explicable esto por cierta "volater�a" en sus brazos, de origen
fenot�pico o por cruce con la raza de trote y galope.
Mientras esto ocurr�a en
Am�rica en Espa�a, seg�n nos sigue narrando Cabrera, no volvieron a exportarse caballos
a las Indias, porque aqu� especialmente en Centroam�rica, por los lados de Santo Domingo
y Cuba, se form� una inmensa colonia desde donde se despachaban los mejores ejemplares
para la pen�nsula y de donde salieron los caballos para las conquistas de M�jico,
el Per� y el sur de la Florida.
Nos refiere que en la
pen�nsula las cortes se preocuparon por producir un caballo "carrocero"
que tuviera mucha belleza fenot�pica y buena elegancia en sus andares, para lucir mejor
el tiro de sus coches. Para ello se recurri� a equinos del norte de Europa como fueron
los Frisones, Daneses e Ingleses, todos de gran tama�o y con alzada superior a 160
cent�metros y a la sangre �rabe representada por padrillos tra�dos a los criaderos de
Andaluc�a desde el Yemen del Sur. As� nos refiere el historiador que "... al
antiguo caballo espa�ol de tipo berberisco sucedi� pronto el andaluz moderno, de cabeza
pesada y perfil convexo, muy vistoso, pero de escaso fondo, y si algo bueno quedaba
en alg�n rinc�n del pa�s, la invasi�n francesa de 1808 acab� con ellos..."
Se inici� entonces con
estos cruces la era del espa�ol moderno, representado
en el mundo actual por un buen n�mero de razas, seleccionadas por colores y
comportamientos similares, pero gen�ticamente descendientes de aquel proceso. Entre
�stas, adem�s del espa�ol actual, representado por Andaluces y Cartujanos, podemos
enumerar en Portugal a los Lusitanos y al Alter Real, en Austria a los famosos Lipizzanos
de la reputada Escuela Espa�ola de Equitaci�n de Viena y en Checoeslovakia al Kladruber,
todas de caracter�sticas fenot�picas sobresalientes, pero nunca comparables en
temperamento y valent�a al caballo berberisco.
Quienes estudien con
detenimiento los factores que inciden en la formaci�n de los buenos aires o andares,
podr�n comprobar que ni la mayor alzada, ni el mayor peso, contribuyen a la agilidad del
animal, y adem�s es muy notorio en este caballo espa�ol moderno, un menor br�o y una
menor fogosidad que la del caballo de origen berberisco.
Hay que anotar, de otra parte, que la influencia de estas l�neas de razas caracterizadas
por sus movimientos diagonales, modific� totalmente en la pen�nsula hasta su
desaparici�n, el movimiento de ambladura, ya que todas ellas se desplazan en el
trote.
El
caballo criollo de trote y galope
Vistas en este ensayo las
l�neas generales del proceso hist�rico y evolutivo, nos queda por incluir dentro de los
tipos de equinos que vinieron con los conquistadores, el caballo criollo de trote y
galope, magn�ficamente representado en Santo Domingo, los Llanos de Venezuela,
Argentina y algunas provincias Colombianas.
Se trata de un ejemplar con caracter�sticas
temperamentales y de br�o muy similares a las del caballo africano, pero con movimientos
completamente diagonales definidos por su gran pulimento y una apreciable suavidad para el
jinete. Su tama�o peque�o, igual que el del norte de �frica. A pesar de que el
hip�logo Cabrera manifiesta la posibilidad de que este ejemplar tambi�n sea de origen
berberisco, nosotros pensamos que en �l s� puede haber sangre �rabe, obtenida por la
presencia de algunos ejemplares orientales en la pen�nsula y tal vez escogido celosamente por su gran agilidad para las faenas de
campo.
Este caballo criollo nos
produce confusiones con respecto al origen, porque al entrar en la mec�nica de los
movimientos, de la cual nos ocuparemos un poco m�s adelante, vamos a ver c�mo los
equinos heredan los movimientos o ritmos, que inevitablemente dependen de su origen
hist�rico, y los jinetes al educarlos perfeccionan los "pasos".
De all� que el gran secreto de la calidad de los movimientos en la educaci�n de un
caballo, consista en la habilidad con la cual el jinete capte el ritmo del b�pedo
dominante en el desplazamiento, y en que, a la manera de int�rprete de una pieza musical
en un piano moderno, le ponga "nota" a ese ritmo, es
decir, le d� mayor o menor pulimento y armon�a con base en la tendencia predominante de
su desplazamiento. |